2008/09/29

Pócimas



El caballero y su escudera, la princesa rockera, continuaban sin rumbo. El caballero no dejaba de llorar, lo que tenía a la princesa muy preocupada ya que había oído una inquietante historia sobre un caballero al que se le había oxidado la armadura, y aunque no recordaba el final, se lo imaginaba terrible.

Como tenían la bolsa llena, después de su última misión, decidió llevarle a una aldea cercana, donde una afamada curandera, que "no bruja", residía. La curandera resultó ser generosa, ya que a cambio de dos monedas de oro, les ofreció no uno si no dos remedios:

El primero era una "intrigante pócima" que borraba la memoria, de esta forma, no recordaría "dama alguna"...

El segundo, eran unos delicados paños superabsorventes que el caballero se tendría que aplicar cada vez que una lágrima brotara de sus ojos.

Aunque intrigada, optó por los paños, ya que "olvidarlo todo, tal vez no era conveniente"...

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