2012/12/02

Las serendipias ya no mueven mi mundo

 Serendipias, don, expiación, términos que utilizo con descaro, me temo que siempre me han fascinado. A las primeras las idolatraba, "las serendipias mueven el mundo" pregonaba, pero por fin aprendí que las caprichosas serendipias no siempre eran para bien. Entonces me aferré a la divina palabra "don", no podía fallar, por algo era de la familia de los talentos. Ni corta ni perezosa me embarqué en el retador proyecto de reconocer mi don, lo sé, soy tremendamente ambiciosa. Desde entonces sigo perdida entre las interminables tareas relativas al descarte, tal vez a modo de expiación.

No hay comentarios: