Amistanamiento

 Lo sé, me he inventado esa palabra "amistanamiento", cuando ví que en google no aparecía nada pensé que no merecía la pena buscar en la RAE, pero lo hice. No terminaba de creer que no fuera una palabra tan real como el enamoramiento. Se ha escrito mucha literatura de enamoramientos,  platónicos, consumados, silenciosos, frustados...Se conoce que a los humanos nos afecta, y digo humanos porque incluyo a los masculinos. Estos últimos están más habituados a dejarse llevar por la satisfacción de las necesidades sean o no primarias, pero no son inmunes.

Después de estas pinceladas sobre el enamoramiento, y me podría extender, cosa que me suele pasar un domingo cualquiera, hoy quiero contar mi historia de amistanamiento.

Hace mucho tiempo que no lo sentía, y como estos sentimientos que no salen en la RAE, muchas veces no sabes si realmente lo has sentido de verdad. En el amistanamiento también existen los flechazos, puede que el que cargue el arco  de sea un primo de cupido. Es bonito querer a tus amigos de toda la vida, les quieres con sus defectos y sus virtudes, pero cuando empieza un amistanamiento, todo está por descubrir, ya llegará ese querer sin querer. Mientras tanto es emocionante buscar serendipias entre las vidas de dos seres que hasta el momento ni sabían de su existencia mutua.

Y este es el comienzo de mi historia, de momento aprendo compartiendo que no es poco.

Continuará...

Un paseo por Gijón

Nos invaden

Un paseo por París

Entre dragones

Unos dicen que nunca existieron otros que se han extinguido, que se lo pregunten a los caballeros que pasaron su vida buscándolos, o ¿tal vez les encontraron y no vivieron para contarlo?

Prefiero no creer todo lo que se dice, y puede que alguna vez me tope con alguno paseando por las calles de París, en algún parque, tan obvio y tan escondido...

Y mientras todos miran las gárgolas de Notre Dame, yo estaré observando como ha quedado atrapado un pequeño dragón en alguno de sus recovecos.

Prefiero creer que aún queda alguno triunfante...