Dragones...en sus sueños solo veía dragones, y aunque siempre se había creído su cazadora, ahora era ella la perseguida. Corría, tropezaba, se levantaba y cada vez que giraba su cabeza pensando que estaría a salvo veía esos ojos plenos de llamas que la paralizaban. No podía moverse, no podía escapar de ese final...terminaría chamuscada, y entonces se despertaba.
El miedo paraliza.
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