Feliz libre y gratis

Un día al pasar por la plaza de Ibarrekolanda me dí cuenta de que tenía banda sonora supongo que al estar junto al Conservatorio de Música la dotaron de ese especial don. El caso es que había pasado muchas veces por allí y no me había percatado, pero a veces vagamos tan enfrascados en la rutina o galopamos tan distraídos, que no nos damos cuenta de lo que dejamos por el camino.Más de una vez me han dado ganas de descansar en uno de esos bancos para escuchar el programa, pero como no, tenía prisa, así que lo dejé para otro día.



Ese otro día ha sido hoy, con un libro en el bolso me he plantado en un banco a leer mientras me envolvía la música. Reconozco que no sabría decir el nombre de las piezas, y mucho menos el autor, pero a un abanico de sensaciones recorrían mi cuerpo, sabía lo que sentía. Tras una hora de lectura y música, pasé junto a la sección de plantas aromáticas, una curiosa forma de completar esta plaza con zona verde, que consiste en cuadrantes de macetas de madera plenas de plantas aromáticas como menta, tomillo, lavanda, romero, y la salvia. Me encanta pasar por allí y disfrutar de esos diversos aromas. En resumen, ha sido un momento feliz, libre y gratis.