En otra dimensión

Añoro la época en la que los profesores eran considerados una figura que tenía un papel de socio de los padres en nuestra educación. Aún recuerdo cuando alguien aprobaba una plaza de funcionario y su familia lo contaba orgullosa mientras amigos y conocidos asentían con respeto. Quiero recordar una época en la que cuando nos poníamos malos podíamos ir al médico o incluso a urgencias sin mirar el bote "de gastos extra" para sopesar si nos permitiríamos esa necesidad. Busco con cariño en mi memoria la educación pública que me regalaron mis padres. Escaneo mi interior para localizar un atisbo de ilusión que me permita mirar al futuro esperanzada.

Ahora es como si estuviera en el lado opaco del espejo, mientras que algunos siguen mirando un reflejo viciado por su intolerancia, envidias, avaricia y su maldad.
En el reflejo de la realidad que disfrutan, los profesores son vagos chupopteros del sistema. Los funcionarios ladrones de sueldos pagados por el estado. La sanidad pública algo que no merecemos, aunque lo estemos pagando. La cultura no debe estar al alcance de los de abajo y mucho menos una educación digna. Los parados son la peste de la sociedad. Y la justicia es "que se jodan los otros"

Puede que viva en un universo paralelo, sin duda habito otra dimensión, el caso es que no entiendo nada. No puedo ver ese horrible reflejo que me quieren imponer. Prefiero permanecer en el lado opaco del espejo. Ellos me tachan de perroflaura, vándala, antisistema, violenta, prometo que nunca lo he sido. Yo quiero decirles "sois muy malas personas", lo digo hoy, porque mañana puede que ya no me dejen expresarlo.